Una sensación de indefensión y de bronca recorre nuestros cuerpos ante una nueva violación, esta vez a una joven de 20 años; porque sentimos que todas somos víctimas potenciales. Indefensión, porque estos varones no se escondieron, actuaron a plena luz del día, lo que deja abiertamente un mensaje disciplinador que, en términos de la antropóloga argentina Rita Segato, puede denominarse «pedagogía de la crueldad». Bronca, porque a pesar de los avances que tenemos en igualdad de género, siguen sintiéndose habilitados a violentarnos.
Debemos hacer una reflexión colectiva. Porque para prevenir estos actos aberrantes no alcanzan las políticas punitivistas. Los varones que violan, los que matan, no lo hacen porque tengan problemas de salud mental o de consumo problemático de drogas. No son casos aislados. Son varones socializados y educados en una sociedad en la cual las mujeres y personas LGBT+ estamos en desigualdad.
Siguiendo a Rita Segato, podemos concebir la violación (o las violaciones) como acto de poder y dominación; un mensaje cuyas destinatarias somos todas las mujeres que no podemos caminar tranquilas por la calle porque algo malo nos puede pasar. Pero también es un mensaje para los varones, presentando la violación como un acto para reproducir una masculinidad violenta y dominante que ve a la mujer como una posesión.
Educación Sexual Integral para prevenir
El problema de la violencia machista y de la violencia sexual es político; un problema de Estado con múltiples aristas y capas para intervenir. Una es la educación sexual integral. Necesitamos ESI en todas las escuelas y en todos los niveles, porque tenemos que educar para la igualdad, la inclusión y la prevención de la violencia de género. Otra es la necesidad de fortalecer y masificar políticas públicas que hagan foco en trabajar la masculinidad, en trabajar con los hombres violentos, porque ellos son producto de nuestra sociedad. Son esposos, novios, ex parejas, primos, hermanos y se vuelve imprescindible desmontar el mandato de la violencia como organizador de la masculinidad.
Es indispensable trabajar con las instituciones y con la Justicia, para que ésta tenga verdadera perspectiva de género. Y también con las comisarías, para que no estigmaticen a las mujeres que se animan a denunciar, no las revictimicen. Asimismo, con los medios de comunicación y plataformas digitales, para que tengan abordajes inclusivos, igualitarios y con enfoque de derechos, sabiendo, como dice la performance de Las Tesis llamada “El violador eres tú” que: “El patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que ya ves”, pero que entre todes, podemos construir una sociedad sin femicidios, ni violencia machista, con igualdad de género y equidad.
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